Los biocombustibles sólidos para calderas de biomasa
Los biocombustibles sólidos más populares, obtenidos a partir de la biomasa, son pellets, astillas de madera y huesos de aceituna. También son empleados como biocombustibles otros materiales menos abundantes como cáscaras de frutos secos o menos homogéneos y tecnificados como la leña. Sin embargo, todos ellos son de vital importancia en el uso de calderas de biomasa y decantarse por un biocombustible u otro dependerá de diversos factores, ventajas y desventajas que presentamos en el presente artículo del blog de Termosun.
Qué son los biocombustibles sólidos
Los biocombustibles sólidos, englobados en el concepto de la biomasa, son una fuente de energía producida y generada a partir de restos de productos forestales y vegetales. En otras palabras, se trata de residuos de materia orgánica y natural de gran poder calorífico y energético donde podemos incluir residuos provenientes de la actividad agrícola, industrial y desechos originados de la gestión forestal de los bosques.
La principal característica de la biomasa y de todos los biocombustibles sólidos es su neutralidad de emisiones, puesto que se considera que su mínima emisión no es mayor que aquella que se habría generado en su propio proceso natural de descomposición en el medio.
Principales biocombustibles sólidos para su uso en calderas de biomasa
A continuación ofrecemos una breve descripción de los principales tipos de biocombustibles sólidos, además de un mencionar algunas de sus principales ventajas para su uso en calderas de biomasa.
- El pellet de madera: Considerablemente más económico que los combustibles fósiles, los pellets son pequeños cilindros obtenidos a partir del prensado de serrín de madera. Aunque su precio puede ser superior a las astillas o las cáscaras de frutos secos, su alto poder calorífico y la mínima producción de cenizas hacen del pellet de madera una opción muy interesante para instalaciones de biomasa.
- La astilla: De tamaño variable, las astillas proceden principalmente de industrias de madera, limpiezas forestales y podas. Su precio, comparado con otros combustibles procedentes de la biomasa, es el más asequible en términos energéticos. El uso de astilla forestal local repercute directamente en la estabilidad de su precio en el mercado y, además, ayuda en la limpieza forestal de los bosques de la zona y en la creación de riqueza -empleo- en el medio rural.
- El hueso de aceituna: Procedentes de las almazaras de aceite de oliva, siendo España el primer productor mundial de este producto, el hueso de aceituna es muy popular dentro del territorio nacional gracias a su precio reducido y la escasez de tratado para su uso como combustible (únicamente requiere de secado y eliminación de partículas finas). Su generación de cenizas conlleva un mayor mantenimiento de los equipos que se complementa con el bajo coste del producto y su elevado poder calorífico.
- La leña: Aunque su uso está en declive, el gran número de chimeneas de particulares que emplean este biocombustible tradicional siguen otorgando a la leña un papel o atractivo emocional. En la actualidad existen estufas y calderas automáticas de leña con tecnología avanzada que sí disponen de un elevado rendimiento y aprovechan el poder calorífico de la leña.
La producción de biocombustibles en España
Por medio del mapa de biocombustibles sólidos elaborado por AVEBIOM (Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa) hemos podido conocer que España cuenta actualmente con hasta 169 centros de fabricación de biocombustibles sólidos, de los cuales 83 son fabricantes de pellets, 61 de astilla y 25 de hueso de aceituna.
Aunque se estima que la producción total de biocombustibles sólidos hasta finales de año sea inferior al récord del año anterior situado en 714.000 toneladas a causa de la situación excepcional provocada por el coronavirus y un invierno suave en toda Europa, se prevé un crecimiento continuado en los próximos años.